Put your hands up*

- Estaba demasiado ocupada intentando conciliar aquel discurso torpe y balbuceante y la ingenuidad de aquellos pensamientos con lo que traslucía en el rostro de él. Nunca había visto tanta energía en los ojos de un hombre. He aquí alguien que puede hacer casi cualquier cosa, era el mensaje que leía en aquella mirada, un mensaje que no se adecuaba a la debilidad de las palabras con las que había sido formulado. Eso sin contar con que la suya era una mente demasiado refinada y ágil como para poder apreciar el valor de la simplicidad.

Muchos recuerdos que tras un montón de días, siguen en mi mente. Siguen resurgiendo minuto tras minuto en mi memoria, me hacen volar. Vuelvo a la realidad, y plaaff, de repente, me caigo. Pero sabes que te digo, que la caída será dolorosa, pero es la única manera de aprender a volar de nuevo.

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