En el momento que vi tu mirada buscando mi cara*


—No te hagas el modesto conmigo. Además, mira... —Niki coge la mano de Alessandro, se levanta un poco la falda y se la apoya en lo alto del muslo. Acerca su rostro a él y lo mira ingenua, con sus grandes ojos, lánguida, y después maliciosa, y de nuevo pequeña, y luego mayor, y luego, ufff... Pero hermosa de todos modos. Y deseable. Y una voz suave y cálida y excitante—. ¿Lo ves? No siempre llevo medias. —Y a continuación suelta una carcajada y se aparta, dejando caer su vestido, colocándoselo mejor.
—Podríamos lanzar al mercado esta nueva bebida. Jazmín-Cola. ¿Qué te parece?
—Demasiado complicado. A la gente le gustan las cosas simples.
—Es verdad, a mí también. Y tú me pareces tan simple, Alex...
—Eso me suena a ofensa.
—¿Por qué? Simple. Simple de ánimo.
—Pero a veces las cosas simples son las más difíciles de alcanzar.

—No te hagas el complicado. ¡En serio! Juntos podemos conseguirlo... Además, está bien claro lo que tú deseas. Las cosas que quieres. Se ven, se leen, y aunque no las hubiese comprendido, al final me las ha sugerido tu corazón.
—¿Y qué te ha dicho? A veces miente...
Niki se echa a reír y se esconde detrás de un jazmín. Pequeño. Demasiado pequeño para una sonrisa tan espléndida.
—Conmigo ha sido sincero. —Niki mordisquea otro jazmín. Chupa el néctar—.
Oye, sabe riquísimo. ¿Me das un beso?
—Pero, Niki, yo...
—Chissst... ¿Hay algo más simple que un beso?
—Pero tú y yo... es complicado.
—Chissst... deja que hable tu corazón. —Niki se le acerca. Apoya su mano sobre el corazón de Alessandro. Después la oreja. Y se pone a escuchar. Y aquel corazón emocionado late con fuerza. Y Niki sonríe—. Puedo oírlo.

Y se aparta de su pecho. Lo mira a los ojos y sonríe en la penumbra de la terraza.
—Dice que no...
—¿Que no a qué?
—A que entre tú y yo las cosas no son complicadas. Son simples.

—Ah, ¿sí?
—Sí. Y luego le he preguntado: «¿Qué hago, lo beso?»
—¿Y que te ha dicho?
—Me ha dicho que tú no lo pones fácil, pero que también eso es simple...

Y Alessandro se rinde. Y Niki se le acerca lentamente. Y lo besa. Dulce. Amable. Tierna. Suave. Ligera. Como un jazmín. Como Niki. Coge los brazos que Alessandro tiene caídos y abandonados y se los pone alrededor del cuello. Y sigue besándolo. Ahora con más pasión.
Perdona si te llamo amor - Federico Moccia

Hazla reír y hazla sentir especial, solo como tú sabes.

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