Scusa ma ti chiamo amore.

Dos meses después. Aproximadamente.
No me lo puedo creer. No me lo puedo creer. Alessandro camina por su casa. Han pasado dos meses y todavía no consigue hacerse a la idea. Elena me ha dejado. Y lo peor es que lo ha hecho sin un porqué. O al menos sin contarme ese porqué a mí. Alessandro se asoma a la ventana y mira al exterior. Estrellas, estrellas hermosísimas. Sólo estrellas en el cielo  nocturno. Estrellas lejanas. Estrellas malditas que saben. Salea la terraza. Techo de madera, celosía, en las esquinas espléndidas vasijas antiguas, lisas, lo mismo que delante de cada ventanal. Un poco más allá, largos toldos de color claro, pastel, que matizan la salida y la puesta del sol. Como una ola que rodea la casa, que se pierde lenta a la entrada de cada habitación y, una vez dentro, esa misma ola continúa incluso en los colores de la pared. Pero lo único que logra ahora todo eso es causarle más daño aún.

·        Sí quisieras confiar en mí, nunca es tarde... Necesito verte aquí, tu mirada me hace grande...
¿Perdona, puedo seguir llamandote amor? :D 

No hay comentarios:

Publicar un comentario