«Deseo
tanto que seas sincera...» —Y la besa. Un beso lento, suave, que quisiera poder
hablar, decirlo serenamente todo, bastante, demasiado. Tengo ganas de
enamorarme, Niki, de amar, de ser amado, quiero un sueño, quiero construir,
quiero tener certezas. Intenta entenderlo. Necesito olvidar todo cuanto sucedió
en esos veinte años pasados sin ti. ¿Todo esto lo sabe decir un beso? Depende
de lo ligeros que sean los labios que lo reciben.
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