Una carta a la mitad.


Pero muchas veces, eso se contamina con el orgullo, los caprichos, la inercia de la misma relación entre dos personas y empieza a rozar con la obsesión, todo es tan simple a veces, tan simple con ser sinceros, con uno mismo sobre todo. El orgullo es necesario, pero no en muchos casos, sobre todo cuando el orgullo no te deja ser, cuando te cierra los ojos.
Y aquí me ves tú, escribiendo esto que jamás pensé que sentiría, y, evidentemente, menos aún por ti. Algo que parecía imposible, pero que fue, suspendido en un lugar, en el tiempo, un día de algún mes de verano… Que sí, que se exactamente el día, la hora, el mes… todo, pero no lo voy a escribir, no se merece más importancia que la que tiene ya.

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